1) la separación del "trigo" de la cizaña es el primero de ellos. La profecía afirma claramente que esta habría de hacerse al final del siglo. Leemos Mateo 13:37-40:
"Respondiendo él, les dijo:
El que siembra la buena semilla
es el Hijo del Hombre.
El campo es el mundo;
la buena semilla son los hijos del reino,
y la cizaña son los hijos del malo.
El enemigo que la sembró es el diablo;
la siega es el fin del siglo...
De manera que como se arranca la cizaña,
y se quema en el fuego,
así será en el fin de este siglo”.
Y también Mateo 3:11:
“Tiene el rastrillo en la mano y limpiará su era,
recogiendo el trigo en su granero;
la paja, en cambio, la quemará con fuego
que nunca se apagará”
Y este es el evento que deben esperar "las iglesias de Cristo": la separación de los de naturaleza trigo, de los de naturaleza de cizaña. Y será en el mismo tiempo en que se estará desarrollando el inicio de la setenta semana de Daniel, la gran apostasía (2 Tesalonicenses 2:2-3).
Y las gavillas de trigo resultantes de esta separación se organizarán de una forma muy diferente a las "iglesias de Cristo" de hoy y de todos los siglos de la gracia. En ese momento se "confirmará el pacto á muchos" y se manifestará el "ISRAEL DE DIOS". No habrá mas pastores, ni maestros, ni evangelistas ni – por supuesto – apóstoles. Las gavillas de trigo, separadas ya del "suelo" en que fueron plantadas estarán prontas para ser trasladadas ya sin ataduras con las estructuras de este mundo, a la Sión llena de Gloria venidera. Habrá solo santos "grandes y pequeños" y “profetas” (Apocalipsis 11:18) en esos días. Habrá solo el silbo apacible del Gran Pastor que hablará en los corazones de los santos guiándolos y los confirmará y dará coraje cuando llegue la persecución pura y dura (nota 1). Este período es llamado también "angustia de Jacob" (Jeremías 30:7) o "setenta semana de Daniel" (Daniel 9:27).
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2) Y entonces escucharan una Voz que los convocará a las bodas del Cordero. Ese es el segundo misterio: ¿cuál es la razón de estas bodas celestiales? ¿qué significan?
Recordemos que los que serán arrebatados para asistir a ellas constituyen el remanente de Israel (Romanos 9:27). Ellos son un resto fiel de la descendencia del norteño reino de Israel(Efraín), "divorciado"/ excomulgado de YaHVéH por su rebeldía, expresada por boca de sus profetas Amos y Efraín, en el año 722 A.C.. Y estos “divorciados” – “hijos de la desamparada” – tienen que volver a casarse con su antiguo Marido para poder volver a ser “pueblo santo”, aunque en otro Pacto. Este es un misterio que nunca se explicó con claridad en "las iglesias de Cristo", y que, sin embargo, es la corona de la redención: las nuevas bodas con el Marido celestial son necesarias para que el pueblo del Nuevo Pacto puede ser aceptado como pueblo santo, heredero de sus antigua tierra, Sión. Leemos en Oseas 2:19-20 un episodio de doble referencia que hace alusión a esta boda celestial del fin de los días:
"Y te desposaré conmigo para siempre;
te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia.
Y te desposaré conmigo en fidelidad,
y conocerás a YaHVéH".
Aquí se habla del nuevo casamiento del profeta Oseas con la misma mujer que había rechazado por su prostitución – Gomer - ¡pero que ahora es pura y fiel!. Esto es profecía dramatizada, quizás la mas célebre del relato bíblico. Y lo que profetiza es que YaHVéH se casará nuevamente con el remanente fiel del pueblo que Él mismo rechazó llamándolo Lo-ruhama = "no-mi pueblo", y que a partir de estas bodas será llamado nuevamente Lo-ammi = “pueblo mío” y llamará a YaHVéH: “Dios mío” (ver. 23).
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Resumiendo: las “gavillas de trigo” separadas de la cizaña que sembró el Enemigo en las "iglesias de Cristo" son la NOVIA del Cordero que acudirá a las bodas celestiales. Ambos son eventos proféticos que debemos esperar luego de que se complete la "plenitud de los gentiles", en un tiempo cada vez mas próximo. Esto envuelve la manifestación del ISRAEL de DIOS, dividido en doce tribus, que será el pueblo santo que reconstruirá Tabernáculo de David - el Reino de los Cielos - en su retorno como Esposa a la tierra de la promesa - Sión -. Está será restaurada, ampliada y estará llena de gloria por la presencia del Mesías de Israel y Sumo Sacerdote venidero: YaHVéH Justicia Nuestra". Eventos todos difíciles de imaginar pero que pertenecen a la Promesa reservada a los santos.