3) la lectura inversa de Montesquieu.
Cuando Montesquieu buscaba las claves para la organización de un estado que fuera ajeno al régimen monárquico - el “Ancien régime” – y que se convirtiera en protagonista de un nuevo tiempo, encontró en Isaías 33:22 este texto:
"Porque YaHVéH es nuestro juez,
YaHVéH es nuestro legislador,
YaHVéH es nuestro Rey,
él mismo nos salvará".
Y en el discernió cuales debían de ser los sustentos de la nueva organización política del estado: poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Este sistema institucional de poderes separados no es ni siquiera viejo en términos históricos. La Revolución Francesa fue en 1789, la Carta Magna - sustento jurídico de la monarquía constitucional - fue negociada en 1215 en Inglaterra. Y el 4 de julio de 1776 nacía en Philadelfia el régimen democrático sin duda más prestigioso, estable y fructífero: la democracia norteamericana. De modo que ya que la democracia ateniense no cualifica en términos contemporáneos, concluimos que la democracia tiene solo algo mas que dos centurias, casi nada en términos históricos.
Ahora bien, es común en cualquier análisis del futuro, dar por hecho que se seguirá “consolidando”, adquiriendo nuevas formas quizás, pero siempre en un camino de perfeccionamiento. Y que las Naciones Unidas – un club de naciones a los que el inconciente colectivo otorga un poder que por su naturaleza intrínseca nunca podrá tener - también pertenecen a ese futuro.
¿Pero leyó bien Montesquieu Isaías 33:22? ¿Se habla allí de un Estado con tres poderes separados? NO, se dice exactamente lo contrario: que Uno será Quien ocupe esos “tres poderes” que avizoró Montesquieu: YaHVéH. No se apresure el lector a suponer que esto no es una novedad. ¡Vaya si lo es! Allí se nos dice que en el futuro Dios mismo – no algún mortal que hable en Su nombre que de eso ya tuvimos bastante – será Quien ejerza esos “tres poderes” en un gobierno que tendrá alcance mundial, y por lo tanto obviará a las Naciones Unidas de hoy.
Es decir, lo que dice Isaías 33:22 está en las antípodas de la democracia, o en un plano inalcanzable por el hombre. De modo que la definición doctrinaria de “tres poderes” separados que se controlan mutuamente, formula que se imagina un dogma eterno, va a ser superada en el futuro como lo fue el “Ancien régime”. En el mismo capítulo de Isaías 33:22 se dice:
“Será ensalzado YaHVéH,
el cual mora en las alturas:
llenó á Sión de juicio y de justicia”.
Isaías 33:5
Y para más evidencia, en Jeremías 33:16 se nos dice el nombre con el cual conoceremos a esa Autoridad que vendrá de las alturas a gobernar el mundo y hará rebosar a Sión – la capital de ese mundo venidero/athid lavo - de justicia y juicio
"En aquellos días Judá será salvo,
y Jerusalem habitará seguramente,
y esto es lo que la llamarán:
YaHVéH, justicia nuestra".
Jeremías 33:16
Así como Jesús/Yeshua significa “Salvación de YaHVéH” porque vino a traernos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna, el nombre de Quien gobernará en la Sión venidera aludirá a la característica central de Su gobierno: “Justicia”. ¿No es esto algo de lo que todos tenemos sed? La oración de Ana y la de María la madre del Señor, dos siervas fieles si las hubo del AT (nota 1). nos dicen que hay Alguien que equilibra las injusticias, que hace que los que hoy están saciados volverán a tener hambre, y los que hoy ejercen la fuerza sin respaldo de YaHVéH – fuerza ejercida por voluntad del hombre – sean despojados de sus armas. Por eso Quien gobernará el mundo llevará el nombre de “YaHVéH Justicia Nuestra”