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A MODO DE EPILOGO
A MODO DE EPILOGO
ESCRIBO A PARTIR de los dogmas básicos de la fe cristiana de todos los tiempos. Ellos son:
Jesús/Yeshua es el Hijo del Dios Vivo, nacido de María virgen, verdadero Dios y verdadero hombre, y nos dejo su Palabra - su evangelio - en la versión inerrante de sus enviados/ apóstoles, registrada en el Nuevo Testamento y revelada por Su Espíritu. Murió en sacrificio vicario por nuestros pecados sufriendo "muerte de cruz" y resucitó "al tercer día" para ser el "primogénito de entre los muertos". Y ahora todo aquel que "crea en su corazón y confiese con su boca" estas verdades será salvo de condenación y tendrá vida eterna. Nuestro Señor Jesús/Yeshua se encuentra hoy a la diestra del Padre y vine de nuevo para quienes Lo esperan. En ese día juzgará el mundo impío y a continuación traerá el bendito "reino de los cielos" a la tierra junto con todos sus santos. Y la tierra será llena de su Gloria.
Y con base en el sólido fundamento de estos dogmas de fe, propongo que un nuevo escalón en la revelación progresiva de la Palabra debe ser asumido siguiendo el curso de la espiral ascendente que es el Propósito de Dios/Elohim para sus “electos y fieles”.
La profecía mesiánica nos involucra a los cristianos como renacidos que somos a una nueva vida, la vida eterna. Y es en el reino mesiánico venidero en donde “gastaremos” primero la “vida abundante” que nos fue donada, y en las eternidades después. Ante una visiòn un poco inmediatista de nuestra fe - a veces casi de autoayuda - me parece necesario exponer una lectura del evangelio que incluya la totalidad del texto bíblico y que explique porqué gente de todas las naciones adoran y adorarán al Mesías de ISRAEL como REY - Rey de reyes y Señor de señores -. Esto requiere una explicación. En la oración profética de la virgen María ante su prima Isabel – que algunos llaman el Magnificat – dice la "madre del Señor" arrebatada por el Espíritu:
“Ayudó al pueblo de Israel, su siervo,
y no se olvidó de tratarlo
con misericordia.
Así lo había prometido
a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus futuros descendientes."
Luc 1:54 -55
Esto es, la virgen afirma que el Niño que iba a nacer era la Misericordia prometida a la descendencia de Abraham, el cumplimento final de las promesas recibidas por él de parte de YaHVéH. ¿Visualizamos esta íntima relación ente el evangelio y las promesas de Dios/Elohim a Abraham y su descendencia? ¿Sabemos quienes somos su descendencia? Porque si no podemos "atar cabos" cortamos la Biblia, y no percibimos con claridad el círculo virtuoso de las Promesas y de su cumplimiento a traves de los siglos, muestra de la integridad del carácter del Altísimio.
Hemos puesto en evidencia en este libro que el evangelio fue enviado en primer lugar a la “casa de Israel” – la descendencia de Israel, celtas y germanos entre otros, inmersa en las naciones - que habitaba "lejos" de lo que hoy llamamos Palestina. Esto es en el centro de la hoy Europa, al norte del Danubio, y en "las costas" del oeste, y en "las islas" de Bretania, para tomar de ella un remanente santo y retornarlo del destierro entre las naciones a la Sión en Gloria del mundo venidero/athid lavo. Y este remanente de la "casa de Israel" - o "Israel" - se juntará con un remanente santo de "Judá" para restaurar así el “Tabernáculo de David” de doce tribus que hoy "esta caído," pero esta vez con un alcance mundial como dice el Salmo 47:9-10 que hemos citado:
“Los príncipes de los pueblos se reunieron
como pueblo del Dios de Abraham,
porque de Dios son los escudos de la tierra.
¡Él es muy enaltecido!
(Salmo 47:9-10)
Hemos visto también la relación dialéctica entre la “casa de Israel” gentilizada y Judá, ambos pertenecientes a la descendencia de Abraham y a ISRAEL con las mismas credenciales. Y vimos el juego de desobediencias que termino incluyendo a estas dos partes/casas/familias/reinos del mismo ISRAEL en la Misericordia de YaHVéH según Romanos 11: 30-31.
Estos son énfasis del cristianismo mesiánico:
– la primera promesa y promesas sucesivas de YaHVéH a Abram/Abraham, sobre la extraordinaria multiplicación de su descendencia de la que saldrían “pueblos y reyes” - en plural - y el hecho de que esta descendencia tomaría "la puerta de sus enemigos", siendo por tanto factor protagonista de la historia,
- las profecías de Oseas y Amos en días de Jeroboam II sobre el destierro y “mezcla” entre las naciones de los “hijos de Israel”/”casa de Israel”, y el retorno de un remanente de estos desterrados a la Sión en Gloria en el mundo venidero/athid lavo,
- confirmado por la continua referencia en los profetas Jeremías, Isaías y Ezequías – sin excluir otros profetas - a un pueblo lejano que escucharía la Palabra de YaHVéH – el evangelio del Reino - e irrumpiría gozoso en Sión purificado por la sangre del Cordero.
Estas cosas nos dan visión incluyente del evangelio y el Reino planetario venidero, que será uno que traerá Paz y Justicia a las naciones. De hecho el término “Justicia” – nombre del Gobernador Mundial venidero - tiene en hebreo un significado que no se traduce completamente en el español. Dice el comentario de la Biblia RV95:
“En este nombre simbólico – YaHVéH Justicia Nuestra - se resumen todos los bienes prometidos para los tiempos mesiánicos. La palabra hebrea traducida por “justicia” incluye las ideas de rectitud y justicia, salvación y liberación”.
Estamos al final del largo camino que comenzó con la(s) promesa(s) de YaHVéH a Abram/Abraham. Y sabiendo que a lo largo de los tiempos Dios/Elohim siempre ha ampliado la visión de su Palabra - revelación progresiva - es que pienso que es esta la hora de asumir el máximo despliegue de esta excelsa vision.
Viene pronto la realización “de todos los bienes” contenidos en las promesas mesiánicas. Y es el momento de pedirle al Espíritu no swolo saberlo – que es importante – sino vivenciarlo de antremano, para estar firmes en el “día malo”.
Que así sea.
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