Ahora bien: ¿en dónde están hoy las “tiendas de Jacob”? ¿En donde están los que esperan en el Mesías de Israel? ¿En donde están los “afligidos y cansados por la larga espera”? Pues en donde es invocado el Nombre sobre todo nombre, y que el apóstol Pablo llama “las iglesias de Cristo” en Romanos 16:16. Ellas son el aprisco planetario del remanente salvo de “Jacob”/“Efraín”, las “tiendas de Jacob” que YaHVéH encomendó el Siervo en Isaías 49:6 que congrega de vuelta a Sión: las “ovejas perdidas de la casa de Israel” que nuestro Señor, el Gran Pastor, prometió rescatar y unir a las ovejas fieles de Judá en un solo redil. Y esto sucederá en el gran día de Jezreel (nota 1). Dice Oseas 1:10:


“Se congregarán los hijos

de Judá y de Israel,

nombrarán un solo jefe

y se levantarán de la tierra,

porque grande será

el día de Jezreel”


Es este llamado a los “cuatro vientos” de la tierra para congregar a su pueblo santo y retornarlo a Sión para reunir sus "dos familias" desavenidas (Jeremías 33:24) la profecía mas amada de YaHVéH. Es en ese momento que Él se regocijará de nuevo como el Esposo con su Esposa fiel provocando la paz y desterrando la ira en el mundo. Y junto a su pueblo/Esposa bajará al Tabernáculo de Dios, el Nuevo Templo de Jerusalem. Dice Jeremías 30:18-19:


“Así ha dicho YaHVéH:

«He aquí yo hago volver a los cautivos

de las tiendas de Jacob,

y de sus tiendas tendré misericordia;

la ciudad será edificada sobre su colina,

y el palacio será asentado en su lugar.

Saldrá de ellos acción de gracias

y voz de nación que está en regocijo”.


Desde allí el Rey y Sumo Sacerdote del mundo venidero/athid lavo regirá a las naciones con justicia y forjara una paz duradera que hoy no solo no nos es posible alcanzar, sino tan siquiera concebir. Él nos dará mucho más de lo que queremos y soñamos.


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Ahora bien, esa congregación en un único redil de Sus amados forjará un pueblo que adquirirá gran "fama" ante las naciones (Jeremías 33:11). Los pueblos del mundo que no hayan sido consumidos por la Ira se alegrarán con el ISRAEL DE DIOS/ESPOSA DE YAHVÉH y también serán congregados en comunión planetaria bajo los "nuevos cielos” y en la “nueva tierra" venideros. Dice Isaías 66:18 refiriéndose a los pueblos de entonces: “vendrán y verán mi gloria”. Y el Salmo 47:9-10:


“Los príncipes de los pueblos se reunieron

como pueblo del Dios de Abraham,

porque de Dios son los escudos de la tierra.

¡Él es muy enaltecido!


Y Isaías 2:3:


"Todas las naciones vendrán a él;

pueblos numerosos llegarán, diciendo:

'Venid, subamos al monte del Señor,

al templo del Dios de Jacob"


Esos días venturosos solo podemos visualizarlos por fe - aunque están cercanos - y serán radicalmente diferentes a los que hoy nos condicionan y angustian. En ellos YaHVéH “callará de amor” y “se regocijará con cantos de júbilo” como hemos citado mas arriba. ¡Cuan grandiosos e inefables serán que emocionarán al propio Creador del universo!


Esta es la visión excluyente que la Novia del Cordero - las "tiendas de Jacob" contenidas en las “iglesias de Cristo” - debería tener en días de tanta fealdad y angustia como los que vivimos. La "viva esperanza" de los santos esta en el mundo venidero/athid lavó. Solo allí veremos cumplidas plenamente las promesas de nuestro Dios y disfrutaremos la "gloriosa libertad de los hijos de Dios". Allí - en una Sión gloriosa mas allá de todo lo que podamos imaginar - seremos "mas que vencedores" de todas las limitaciones, tribulaciones y arrugas de este mundo, en donde estamos como peregrinos en tierra extraña. "Nuestra ciudadanía está en los cielos", en donde se encuentra la sustancia del Reino que bajará a la tierra con el Jinete del Caballo blanco y ropas manchadas de sangre - nuestro Esposo - detrás del cual volveremos. Y entonces llegará a su fin el cumplimento de nuestro destino de santidad determinado desde antes de la fundación del mundo. Amen y amen


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Nota 1:

“Jezreel” puede ser traducido como “plantío de YaHVéH”.