LEONES
DE
Y
AHVCONTRA
LOS QUE

NO LE TEMEN


En 2 reyes 17:24-26 se cuenta que luego del exilio del reino norteño de Israel(Efraín) profetizado por Oseas y Amos , el emperador asirio pobló Samaria - otro nombre para el reino de Israel(Efraín) - con gentes de otras naciones. Y entonces sucedió algo extraño:

"Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia,
de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim,
y los puso en las ciudades de Samaria,
en lugar de los hijos de Israel;
y poseyeron a Samaria,
y habitaron en sus ciudades
.


Y aconteció al principio,
cuando comenzaron a habitar allí,
que no temiendo ellos a YaHVéH,
envió
YaHVéH contra ellos leones
que los mataban
.


Dijeron, pues, al rey de Asiria:
Las gentes que tú trasladaste
y pusiste en las ciudades de Samaria,
no conocen la ley del Dios de aquella tierra,
y él ha echado leones en medio de ellos,
y he aquí que los leones los matan,
porque no conocen
la ley del Dios de la tierra".

Es decir, YaHVéH mandó leones entre los nuevos habitantes del ex reino de Israel(Efraín) - Samaria - porque seguían a dioses extraños y no temían al Dios de ISRAEL. Y la forma en que se soluciono el problema es igualmente llamativa (versículos 27 al 40):

"Y el rey de Asiria mandó, diciendo:
Llevad allí a alguno de los sacerdotes
que trajisteis de allá, y vaya y habite allí,
y les enseñe la ley del Dios del país.

Y vino uno de los sacerdotes
que habían llevado cautivo de Samaria,
y habitó en Bet-el, y les enseñó
cómo habían de temer a YaHVéH
.


Pero cada nación se hizo sus dioses,
y los pusieron en los templos
de los lugares altos que habían
hecho los de Samaria;
cada nación en su ciudad donde habitaba.

Así temieron a YaHVéH aquellas gentes,

y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos;

y también sus hijos y sus nietos,
según como hicieron sus padres,
así hacen hasta hoy”.


El emperador asirio hizo volver algunos de los sacerdotes de YaHVéH – en realidad volvió uno solo - para que enseñaran la ley de Dios/Elohim a los nuevos habitantes de Samaria. Y estos aprendieron a temer el Dios/Elohim de Israel ... pero aun así no abandonaron sus dioses y sus ídolos. Es decir, pretendieron adorar a YaHVéH, sin dejar a los otros dioses. Había lugar para todo.


Es por eso que había prohibición a los judíos de pasar por Samaria, aunque nuestro Señor lo hizo y le predico a la mujer que venia a recoger agua al pozo de Jacob. Si leemos bien veremos que la mujer samaritana conocía al Dios/Elohim de ISRAEL, pero vivía en pecado. La cristiandad de hoy – como la apóstata Sanaría - se ha poblado de samaritanos espirituales: temen a YaHVéH, pero no abandonan a sus dioses y a sus ídolos. Por eso siempre tienen sed y es necesario predicar el evangelio una y otra vez. Pero como no abandonan a los dioses ajenos no sanan nunca. Se lee en Jeremías 15:18-19:

“¿Por qué fue perpetuo mi dolor,
y mi herida desahuciada no admitió curación?

¿Serás para mí como cosa ilusoria,
como aguas que no son estables?


Por tanto, así dijo YaHVéH:
Si te convirtieres, yo te restauraré,
y delante de mí estarás;
y si entresacares lo precioso de lo vil,

serás como mi boca.
Conviértanse ellos a ti,
y tú no te conviertas a ellos”
.

Hoy se adora a nuestro señor Jesucristo, pero muchos “fuegos extraños” que han introducido en sus cultos. Por eso en muchas “iglesias de Cristo” hay heridas que no sanan. Se teme a YaHVéH, pero no se abandonan las fascinaciones del mundo. Se habla del mundo venidero, pero se pide prosperar y disfrutar de éste. No fue ese el comportamiento de los patriarcas de la fe que lo abandonaron todo y nada desearon de este mundo. Dice YaHVéH al profeta Jeremías en este pasaje: Si te convirtieres, yo te restauraré, si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca”. No sabemos cual habrá sido la debilidad en el comportamiento del profeta que había profetizado en nombre de Dios/Elohim, pero ¿somos nosotros mas que el profeta Jeremías? ¿No precisaremos ser restaurados? ¿Nuestros comportamientos no están siendo invadidos por el mundo?

La verdad es que lo que vemos mas es la “cristiandad” convertida al mundo, y no el mundo convertido a la Palabra. Entonces la herida es perpetua, desahuciada y no admite curación. Y nuestra fe es como "aguas que pasan", hasta el próximo horóscopo, hasta el próximo “adelanto de la tecnología” que nos va a seducir, hasta el próximo llamado al consumo que nos va a rendir, hasta la próxima “profecía” samaritana que nos prometa prosperidad aunque las anteriores no se hayan cumplido.

Todo esto cuando el mundo presiona con un falso sentido de la “tolerancia” que invita a igualar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, con cualquier otro dios: “lo importante es creer en algo”, se dice. Aunque este “algo” sean los dioses al por mayor de la “Nueva Era” o Alá o Buda. Todas son creencias “legitimas” se nos dice, tenemos que tolerar y tolerar y abstenernos de defender con convicción nuestra fe para que los demás no se sientan ofendidos. Y tolerar la homosexualidad, el aborto, la manipulación de embriones y la igualdad del matrimonio homosexual con el de hombre/mujer ordenado por Dios/Elohim.

Y por eso - como en aquellos días - el temor a Dios/Elohim languidece, y aparecen los leones de YaHVéH: violencia terrorista, tornados, terremotos, inundaciones, pestes, violencia domestica, violencia en las calles, violencia en los niños... Y están haciendo destrozos en la “cristiandad”.

*******


NOTA:


Dice Jeremías 5:4-6 con respecto al olvido de ISRAEL de la Palabra:


"Yo pensé:
Solo los pobres se comportan como tontos,
porque no saben lo que el Señor quiere,
lo que su Dios ordena.

Me dirigiré a la gente importante y les hablaré.
Ellos, sin duda, sabrán lo que el Señor quiere,
lo que su Dios ordena.
Pero todos se habían rebelado contra Dios,
se habían negado a obedecerle.

Por eso saldrán leones de la selva y los matarán,
los lobos del desierto los despedazarán,
los leopardos los atacarán junto a sus ciudades
y los harán pedazos cuando salgan;
porque han cometido muchos pecados,
numerosas traiciones".
(Jeremías 5:4-6)

Esto es, pobres y ricos abandonaron la Palabra de YaHVéH, no creen en ella ni la tienen en consideración en su vida diaria. Por eso - hoy - las ciudades están llenas de violencia callejera y pronto serán inhabitables.


***


"El Señor creará algo nuevo en la tierra,
la mujer regresará a su esposo”
(Jeremías 31:22)




EL NUEVO MATRIMONIO
DE LA DESAMPARADA
(de la que nunca estuvo de parto)



* 1) la “estéril” y “desamparada”


Vimos en el estudio anterior a la “mujer” que – con algo de misterio – se nos avisa en Miqueas 5:3 “que ha de dar a luz” y su correspondencia con la “mujer vestida de sol” de Apocalipsis 12 – que prometimos estudiar mas detenidamente en otro estudio -. Ésta da a luz en un parto angustioso a Quien “va a regir a todas las naciones con vara de hierro”, y luego a muchos otros hermanos de este “primogénito”. E identificamos a esta “mujer vestida de sol” con la madre de los nacidos de Espíritu, de los redimidos, del ISRAEL DE DIOS. Este es el pueblo santo cuya ciudadanía esta en la Jerusalem celestial, justificado y electo NO por su descendencia carnal de Abraham - que existe pero es indemostrable - sino por la fe en Jesucristo (Gálatas 3:7; 29), con circuncisión NO en el prepucio, sino en el corazón. Pues bien, en Isaías 54:1 se nos presenta otra mujer que parece ser la antítesis de esta “vestida de sol” con fuerte protagonismo ya que es “estéril” y “desamparada”, aunque finalmente da a luz una gran descendencia:


“¡Regocíjate, estéril,
la que no daba a luz!
¡Eleva una canción y da voces de júbilo,
la que nunca estuvo de parto!,
porque más son los hijos de la desamparada
que los de la casada»,
ha dicho YaHVéH”.


se trata de una mujer que no pensó nunca que iba a tener hijos, pero que sin embargo tuvo una descendencia mas numerosa que la de la mujer “casada”. Veamos si tienen algo que ver esta mujer “estéril” y “desamparada” que sin embargo produjo descendencia y la mujer “vestida de sol” de Apocalipsis 12, madre de los redimidos.


* 2) la "desamparada" y la "casada"


Para comenzar respondamos una pregunta obvia: ¿quiénes es la mujer “desamparada “ y quien “la casada”?.

En Jeremías 33:24 se nos dice que la nación de YaHVéH – ISRAEL – tiene “dos familias”, que sabemos que son la “casa de Israel” y la “casa de Judá”. Y en Oseas 1:6-7 vemos que Él tuvo un trato diferencial con cada una de esas dos familias componentes de una nación electa. Leamos:


“no me compadeceré más de la casa de Israel, ni los perdonaré.
Pero de la casa de Judá tendré misericordia..."
Oseas 1:6-7


Vemos que de una “no se compadecerá” y a la otra “salvará”. En efecto la casa de Israel fue llevada a un destierro sin memoria entre las naciones como fue profetizado por YaHVéH por medio de sus siervos Oseas y Amos, mientras que cuando Senequerib cercó Jerusalem la casa de Juda fue salva milagrosamente de ser tomada y anexada. Y en 2 Reyes 17: 18-23 se dice con referencia a este contexto del destierro del norteño reino de Israel de su tierra: “Ninguno quedo sino solo la Tribu de Judá... “ y “fue entonces Israel tomada lejos de su propia tierra hasta Asiria hasta estos días”.

Es decir, un día estas “dos familias” de la misma nación de YaHVéH tomaron rumbos diferentes: una fue a un destierro entre las naciones que todavía dura: la “casa de Israel” – las diez Tribus del norte -; y otra quedó en su tierra y aunque mas tarde fue al cautiverio en Babilonia en castigo a su rebeldía volvió luego a su heredad purificada de sus idolatrías.Y hoy, aparentemente – a la vista de las naciones - el pueblo judío es la única descendencia superviviente de Abraham, Isaac y Jacob.

Ahora podemos responder la pregunta: la mujer “casada” es la casa de Judá, y la mujer “desamparada“ y “estéril” que finalmente tuvo mas hijos que la “casada” es la “casa de Israel” - las diez Tribus del norte lideradas por Efraín y Manases. – que fue desterrada entre las naciones sin memoria de su pasado.


* 3) el drama profético de Oseas y Gomer


Es frecuente que YaHVéH pida a sus profetas que escenifiquen episodios que “simbolizan” la profecía que luego anunciarán. Sucedió con Isaías (Is. 20:3), con Jeremías (Jer. 13:1-7), y con Ezequiel (Ez. 4:1—5:17), por ejemplo. Y también sucedió con Oseas, esta vez involucrando su relación matrimonial. La relación de YaHVéH con su pueblo siempre fue concebida como una relación matrimonial, tanto el Antiguo Pacto, como el Nuevo Pacto. Ambos Pactos son espiritualmente pactos “matrimoniales” del pueblo elegido con su “Marido” YaHVéH – Isaías 54:5 – (el segundo sustituyó al primero). Y el norteño reino de Israel – la “casa de Israel” – se había prostituído espiritualmente volviéndose a los dioses fenicios Baal y Astarté y abandonando el culto a YaHVéH. Esto había “roto” el pacto matrimonial del Sinaí con esta “familia” de su única nación. En ese contexto YaHVéH le pide al profeta Oseas:


"Ve, toma por mujer a una prostituta
y ten hijos de prostitución con ella,
porque la tierra se prostituye
apartándose de YaHVéH".


Y luego le pide que tenga hijos con ella a los cuales les va poniendo nombres proféticos. Con el nombre del primero anuncia que la “casa de Israel” será derrotada en batalla: “quebraré el arco de Israel”. El segundo fruto del vientre de Gomer fue una hija a la que YaHVéH le puso por nombre Lo-ruhama, “porque no me compadeceré mas de la casa de Israel”, en donde se anuncia ya el “divorcio. Y el tercero fue un hijo al que le puso Lo-ammi, “porque vosotros no sois mi pueblo ni yo seré vuestro Dios”, en donde el divorcio es consumado. Y en el inicio del capitulo 2 de Isaías YaHVéH especifica que la “casa de Israel” es como la prostituta Gomer y que la echará al desierto de las naciones entre las cuales ella tomó “amantes”. Y uno de los castigos a la que somete a la “casa de Israel” es terrible para quien fue parte de la nación de YaHVéH: olvidará las fiestas solemnes y los sábados:


”Haré cesar todo su gozo,
sus fiestas,
sus nuevas lunas,
sus sábados
y todas
sus solemnidades”.


Esto es como quitarle “el anillo de compromiso” a la “casa de Israel”, y dejarla abandonada “sin Dios y sin esperanza” en el desierto de las naciones.


Hagamos un alto para meditar: de todas las “escenificaciones proféticas” que pidió YaHVéH a sus siervos esta es la mas compleja por mucho, ya que involucra la elección de una esposa díscola para Oséas, el nombre de sus hijos, y episodios que desgarraron la vida íntima de su siervo. Y como YaHVéH no hace nada por capricho o diversión frívola si se detiene con tanto detalle en esta “escenificación profética” es porque quiere anunciar algo sumamente trascendente. El significado y propósito de las iglesias de Cristo y su destino están el libro de Oseas - y Amos – de donde provienen la mayor cantidad de citas de los evangelios. Si los creyentes hubiéremos leído con discernimiento todo lo que se anuncia en la “escenificación profética” de este matrimonio roto – y vuelto a componer - entre Oseas y la prostituta Gomer hubiéramos entendido mucho de lo concerniente al sentido, propósito y destino de las iglesias de Cristo.


Y el drama profético tiene un final feliz: tiempo después de que YaHVéH pidiera a Oseas para abandonar a la prostituta Gomer – a la que antes había pedido que tome por esposa - le hace otro extraño pedido/orden:


“Ve y ama a una mujer amada de su compañero y adúltera;
así ama YaHVéH a los hijos de Israel,
aunque ellos se vuelven a dioses ajenos..."
(Oseas 3:1)


Esto es, le pidió que retomara a Gomer por esposa en un nuevo matrimonio comparando esto con su propio “pacto matrimonial” desecho con la “casa de Israel”. Si bien no podía volverse atrás de su “divorcio”, podía eso si tomarla de nuevo en matrimonio bajo nuevas bases. Y Oseas cumple el ”pedido” profético:


“Le dije: Tú serás mía durante muchos días;
no fornicarás ni te entregarás a otro hombre,
y yo haré lo mismo contigo”.
(Oseas 3:3)


Es el anuncio de un nuevo pacto matrimonial luego de ejercer misericordia y amor sobre la ex prostituta Gomer que ahora será una mujer fiel. E inmediatamente el texto da una breve interpretación de todo el drama profético:


“Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin Príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, buscarán a YaHVéH, su Dios, y a David, su rey; y temerán a YaHVéH y a su bondad al fin de los días. (Oseas 3:4-5)


Esto es una síntesis integradora de todo lo que ha sucedido. Los “hijos de Israel”- en este caso esta expresión refiere a la ”casa de Israel” - fueron separados del seno de la nación de YaHVéH por haberse prostituido espiritualmente, y ese castigo incluyó el olvido de sus fiestas solemnes y sus señas nacionales. Pero al final de los días rehacerían su pacto matrimonial con su Dios/Elohim – el Nuevo Pacto – y volverían a su tierra – Samaria - a su rey David. Esto es: al Hijo de David que llamaremos “YaHVéH Justicia Nuestra” en el mundo venidero/atid lavoh/Sión porque Él nos ha justificado ante Dios/Elohim, nos ha santificado con su sangre preciosísima derramada en la cruz, nos ha devuelto la inocencia para celebrar un nuevo matrimonio con YaHVéH. ¿Entendemos la profundidad de este drama y que nosotros – los creyentes en Jesucristo – somos participantes de él?. Hay una boda pactada con nosotros en los cielos – las bodas del Cordero - que es profetizada en el amor renovado de Oseas por su antigua esposa prostituta - que así éramos nosotros - que ahora será fiel. Leamos esta eclosión de amor por la esposa de su juventud ahora reformada en su conducta:


“Te desposaré conmigo para siempre;
te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia.
Te desposaré conmigo en fidelidad,
y conocerás a YaHVéH.
(Oseas 2:19:20)


Y luego anuncia el “reino de los cielos” en la Sión venidera donde será hecha la voluntad de YaHVéH “como en los cielos así también en la tierra”: :


“ En aquel tiempo yo responderé, dice YaHVéH;
responderé a los cielos,
y ellos responderán a la tierra”


¡Aleluya!, la profecía esta completa.


* 4) la iglesia sin mancha ni arrugas,
Novia/Esposa prometida de
Cristo.


No debe asombrarnos entonces que el apóstol Pablo se refiera a la iglesia – esto es, las iglesias de Cristo despojadas de la cizaña que son vistas desde el cielo como un único cuerpo santo ordenado en doce tribus – como una novia preparada para un matrimonio santo:


“... a fin de presentársela a sí mismo,
una iglesia gloriosa,
que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuera santa y sin mancha”.
(Efesios 5:27)


dentro de un contexto en que asimila el matrimonio a la relación entre Cristo y la iglesia:


“ porque el marido es cabeza de la mujer,
así como Cristo es cabeza de la iglesia,
la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo,
así también las casadas
lo estén a sus maridos en todo".
(Efesios 5:23-24)


y


“pues nadie odió jamás a su propio cuerpo,
sino que lo sustenta y lo cuida,
como también Cristo a la iglesia, ...
Grande es este misterio...
(Efesios 29:32)


En donde se hace una declaración - o dos - en la que debemos abismarnos por su profundo significado: estamos llamados a ser una sola carne con Cristo. Por eso debemos completar en nuestro cuerpo los padecimientos de Cristo, experimentar la cruz, así como en un matrimonio firmemente establecido la esposa sufre los dolores de su esposo, y este los de su esposa. Por lo demás, todo matrimonio sepa que su relación debe de acercarse lo mas posible al "gran misterio" de la relación de la iglesia y Cristo y que las esposas se sumergen en ese misterio cuando se sujetan a sus maridos, asi como los maridos lo hacen cuando aman con fidelidad a sus esposas y le proveen protección en todo.


* 5) las bodas celestiales


Solo cuando llegamos a esta identificación con nuestro Señor podemos escuchar el llamado a las bodas celestiales:


"‘Bienaventurados los que son llamados
a la cena de las bodas del Cordero"
...
‘Estas son palabras verdaderas de Dios’”
(Apocalipsis 19:9)


Estas bodas sustituyen a la ceremonia “nupcial” del Sinaí, tanto para la “casa de Israel”, como para la “casa de Judá” ya que ambas invalidaron este primer pacto matrimonial debido a su comportamiento promiscuo con su Marido (aunque con perfil diferente cada una de ellas). Leamos la declaración esclarecedora de YaHVéH en el AT, cuando anunciando un venidero nuevo pacto para la “casa de Juda” y la “casa de Israel” y dice:


“Vienen días, dice YaHVéH,
en los cuales haré un nuevo pacto
con la casa de Israel y con la casa de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres
el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
porque ellos invalidaron mi pacto,
aunque fui yo un marido para ellos,
dice YaHVéH”.


¿Leímos bien?: YaHVéH dice que fue un buen “marido” para las dos familias ISRAEL, su único pueblo elegido, de donde se deduce que el pacto del Sinaí era visto desde lo Alto como un pacto matrimonial, y por consiguiente el Nuevo Pacto también lo es y rehace o sustituye bajo nuevas pautas el primer vinculo matrimonial que ha sido deshecho opor infidelidad de una de las partes.


Las primeras bodas de YaHVéH con su pueblo fueron en las faldas del Sinaí, las segundas – tanto para la casa de Israel como para la casa de Juda – serán en el cielo. Las primeras terminaron en fracaso, las segundas serán eternas. ¿Entendemos ahora el profundo significado del drama profético de Oseas y su doble matrimonio con Gomer?.


Y al final del relato bíblico hay una exclamación:


“El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!»
(Ap. 22:17)


en donde la “Esposa” es la iglesia/novia – sin arrugas en su carácter – prometida, pura y santa, del Novio celestial. Y el Espíritu de Dios a una intercede con ella por la venida del Esposo.


* 6) el rapto inscrito en la bóveda celeste



La ilustración que encabeza este estudio fue tomada de una colección de imágenes y en la Red y tenía como descripción: “el rapto de la Iglesia”. Me pareció muy apropiada, porque mucho hablamos del rapto en las iglesias de Cristo pero pocas veces lo identificamos como lo que es: un acto de amor del Novio por su Novia que la lleva a sus recintos para desposarse con ella. Ya vimos que al rapto precederá un llamado que solo algunos podrán oír convocando a la cena y las bodas celestiales. Se dice “las” bodas - en plural - porque cada uno de los elegidos nos desposaremos con nuestro Señor, si bien el conjunto de todos los llamados conforma la unidad mística de “la Novia” en singular.


Pero la imagen de un Príncipe que lleva en la grupa de su caballo a su Novia rumbo al cielo está desde el inicio de la creación inscripta en los cielos. Es la conjunción de las constelaciones Perseo – el principe – Andrómeda – la virgen en peligro de ser devorada por la bestia – y Pegaso – el caballo blanco alado.


Antes de la escritura de la Biblia el testimonio del plan redentor estaba inscripto en las constelaciones leídas correctamente. Esto es la astrología bíblica que nada tiene que ver con la astrología adivinatoria que fue una corrupción satánica. La descripción de este remanse en la bóveda celeste es muy completa en significados y exprime con mucho detalle lo que luego será especifi9cdo en el texto revelado. La historia inscripta en la bóveda celeste es esta:

"Perseo" es un príncipe que desciende desde el cielo montado en un caballo blanco llevando su espada en alto con intención de matar a "Cetus", que es "una bestia que sale del mar". La intención de "Cetus" es devorar a la princesa "Andrómeda" encadenada a una roca a la orilla del mar. "Perseo", el caballero que desciende desde lo alto, esta localmente enamorado de la princesa encadenada y - luego de dar cuenta de Cetus y soltar las cadenas de su amada - vuela con ella de retorno al cielo en donde la desposa.


Claro que los nombres “Perseo”, “Andrómeda”, “Pegaso” y “Cetus” son nombres griegos que rebautizaron nombres anteriores con personajes extraídos de su mitología. Pero si hacemos abstaccion de estos nombres veremos subyacente la historia de un rapto de una novia amenazada por una “bestia” al cielo. ¿Qué puede ser mas claro que esto.?

Si el lector quiere estudiar con mas en detalle el origen de este relato en las estrellas puede consultar en la sección “documentos” de este blog un estudio relacionado;




Aunque desde ya advertimos que una vez que las Escrituras estuvieron completas el relato de la redención inscripto en las constelaciones ya no esta vigente. Pero es una forma de comprobar recurriendo a un relato ancestral lo que venimos diciendo: el Nuevo Pacto es un pacto matrimonial de YaHVéH con su pueblo elegido, y todos los creyentes fieles tenemos una boda marcada con nuestro Señor - el Cordero de Dios - en el cielo.


Todo el AT esta repleto de imágenes de claro tono matrimonial refiriéndose al descarriado Efraín – otro nombre para las Tribus desterradas del norte – y a su retorno en manos de su antiguo y fiel Esposo. Es lo que se lee en Jeremçias 31 que – luego de hablar del amor de Dios/Elohim por Efraín a quien llama su “primogénito” exclama:


“¡Vuelve, virginal Israel; vuelve a tus ciudades!
¿Hasta cuándo andarás errante, hija infiel?
El Señor creará algo nuevo en la tierra,
la mujer regresará a su esposo”.
(Jeremías 31:21- 22)


En donde “Efraín” es cambiado por “virgen de Israel”. Nosotros, los creyentes fieles de las iglesias de Cristo, fuimos ese Efraín descarriado amado de Dios – aunque rechazado por Él debido a que fue tras los dioses de las naciones – sobre el cual ejerce compasión y extiende la “pura gracia” del rescate de la sangre preciosísima de su Hijo para volver a traerlo a una mueva relación matrimonial, esta vez como “virgen de Israel”. Esto reafirma la escena del romance de la bóveda celeste en donde una “virgen” es arrebatada por su Novio enamorado para desposarla en los cielos.

Amen y amen.


* 7) los hijos de la “mujer vestida de sol”
y los “hijos de la desamparada”



La “mujer vestida de sol” de Apocalipsis 12, y la “desamparada” – en realidad “divorciada” – que da a luz en su condición de desamparo lejos de su Marido de Isaías 54 (y que por lo tanto sus hijos no son contados como "hijos" para Dios sino luego de ser lavados por la sangre del Cordero), son dos símbolos poderosos que expresan realidades distintas del plan de redención eterno de Dios. Sin embargo los “hijos” de estas dos "mujeres" son los mismos: los redimidos.


Los redimidos son nacidos de Espíritu – o renacidos – y en ese sentido son hijos de la mujer “vestida de sol” que es madre de los nacidos del Espíritu y que por lo tanto tienen una condición celestial; pero son también descendencia de “Efraín” en el destierro, esto es, de la mujer “divorciada” o “desamparada”, del Israel adúltero “sin Dios y sin esperanza” pero que sin embargo ha sido rescatado por la “pura gracia” divina, reconstruida su “virginidad” espiritual, y sujeto a un Nuevo Pacto matrimonial con su y Redentor. ¿Visualizamos los creyentes ambas dimensiones de nuestra redención?. Nos vemos como “hijos de prostitución” purificados por la sangre de Cristo para convertirnos en el cuerpo de una virgen pura - la “virgen de Israel” - y la vez hijos de la “mujer vestida de sol” – de la “Jerusalem celestial” – nacidos del Espíritu eterno de Dios/Elohim y por lo tanto “participantes de la naturaleza divina”?.


Estas son las enseñanzas de estas dos “mujeres” de la profecía, llenas de fermentos santos y verdades reveladas que debemos de llevar siempre en nuestro corazón como fuentes de meditación.



*******


-.

El 8 de junio de 2004 ocurrió un fenómeno notable en el cielo: Venus se interpuso entre el disco solar y la Tierra y efectuó un tránsito aparente por su disco. Esto es una posición muy especial en el cielo y ocurre solo cada 120 años. En esa oportunidad escribí el siguiente estudio haciendo referencia a elementos de astrología bíblica - que nada tiene que ver con la astrología corriente – para explorar su significado del cual transcribo la primera parte:




EL TRÁNSITO DE VENUS
POR EL DISCO SOLAR
Y LA HISTORIA DE
PERSEO Y ANDRÓMEDA
(Una profecía para el remanente
de Jacob/Israel)



Hay una historia inscrita en la bóveda celeste que dice así:

"Andrómeda fue encadenada a una roca esperando que Cetus, el monstruo marino, la devorara. Cuando Andrómeda creía que era su final, llegó Perseo montado sobre Pegaso, el caballo volador. El monstruo marino fue rápidamente vencido por Perseo, el cual voló triunfante con su princesa rescatada y se casó con ella."


"Andrómeda", "Cetus" y "Perseo" son nombres griegos para constelaciones que existían desde el origen de la historia humana.

El sabio y astrónomo Ptolomeo - 150 D.C. - consideraba a las constelaciones y los relatos relacionados con ellas como revestidos de una "autoridad indiscutible, de origen desconocido, y de antigüedad imposible de averiguar". Pero Josefo - el historiador judío casi coetáneo de Ptolomeo - narra en "Antigüedades de los Judíos" que el origen de este formidable ramillete de "historias" narradas en los cielos esta en las revelaciones de Set, el tercer hijo de Adán y Eva que aparece en el relato bíblico, quien desvelo esas historias en la resplandeciente bóveda celeste - seguramente por revelación divina - y las gravo cuidadosamente para la posteridad. Y lo hizo en dos columnas: una de ladrillo y otra de piedra. El testimonio grabado en la columna de piedra todavía se podía localizar en tiempos de Josefo - según él mismo declara - y en concordancia con ello el emperador asirio Asurbanipal - 672-631 A.C. - afirma solemnemente:

"yo me gozo en leer las inscripciones en piedra desde la época anterior al diluvio"

Frase que solo puede hacer referencia a la columna de piedra con los misterios del cielo grabada por Set.


***


De modo que aquello que a Ptolomeo le parecía de una "autoridad indiscutible" aunque no acertaba a fijarle una fecha en el pasado remoto - esto es, el discernimiento de grupos de figuras llamadas constelaciones en la bóveda celeste que agrupan en su seno conjuntos de estrellas, a veces caprichosamente, en actitudes que parecen contar una extraña historia - si consideramos el testimonio contrastado del historiador judío Josefo y del legendario emperador asirio Asurbanipal - que nos lego su completísima y extraordinaria biblioteca - se originó antes del diluvio (Génesis 7-8) y mas precisamente - según Josefo - en el seno de la familia del justo Set.

De esa época antediluviana viene entonces la historia que invoco al inicio de este articulo, aunque con mucha seguridad los protagonistas no se llamaban entonces: "Perseo", "Andrómeda" o "Pegaso". Estos son nombres griegos relacionados con historias que con seguridad distorsionan en poco o en mucho a las originales, del mismo modo que las hiedras y la vegetación feraz carcomen un edificio antiguo - ya abandonado - dejando entrever a veces claramente el antiguo perfil y sus características volumétricas, y en otras ocultándolo por completo debajo de umbría masa vegetal. Sin embargo, a pesar de las distorsiones y los ocultamientos, la historia que narra el grupo de constelaciones a que me refiero parece familiar a quienes conocemos el plan establecido desde "antes de la fundación del mundo" por Dios/Elohim para su pueblo santo: la "virgen hija de Sión" (Lamentaciones 2:13)

Repasemos de nuevo - entonces - la historia del inicio:

"Perseo" es un príncipe que desciende desde el cielo montado en un caballo blanco llevando su espada en alto con intención de matar a "Cetus", que es "una bestia que sale del mar". La intención de "Cetus" es devorar a la princesa "Andrómeda" encadenada a una roca a la orilla del mar. "Perseo", el caballero que desciende desde lo alto, esta localmente enamorado de la princesa encadenada y - luego de dar cuenta de Cetus y soltar las cadenas de su amada - vuela con ella de retorno al cielo en donde la desposa.

Casi nos sale decir: Amen y amen.

¡Aleluya!

***


Dice así Génesis 1: 14-15:

"Entonces Dios dijo: 'Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los días, los años y las fechas especiales"

Las "fechas especiales" que señalan las lumbreras del cielo han de tener que ver - por supuesto - con acontecimientos vinculados al Plan de Redención de la humanidad, que es el mensaje excluyente de Dios/Elohim en su trato con los hombres. Y de entre las lumbreras del cielo voy a identificar una muy especial que ocupa un lugar central en el relato bíblico: el "lucero de la mañana":

"... Yo soy la raíz y el linaje de David,
la estrella resplandeciente de la mañana"
(Apocalipsis 22:16)

Esta declaración no tiene doble interpretación, identifica al "planeta Venus" - que así llamamos hoy al astro que la Biblia llama uniformemente: lucero/estrella de la mañana - con Nuestro Señor. No es esto algo para dejar pasar por alto si intentamos discernir la historia que le fue revelada al justo Set por Dios/Elohim casi 6.000 años atrás.

Y hay otras dos citas bíblicas interesantes sobre el "lucero de la mañana":

"Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones... y le daré la estrella de la mañana."
(Apocalipsis 2:26-28)

Es decir, aquí se trata de la máxima condecoración existente en el universo, ya que viene del Creador de "los cielos y la tierra": "yo le daré autoridad sobre naciones...y la estrella de la mañana". Esto es: la representación plenipotenciaria de Nuestro Señor ante las naciones colgando de nuestra solapa espiritual. ¡Tremendo!

Y también leemos en 2 Pedro 1:19:

"Tenemos también la palabra profética mas segura, a la cual hacéis bien en estar atentos... hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones"

Aquí este cintilante astro representa el mayor portento de Dios/Elohim para con el hombre: el resplandecer de la palabra profética en las tinieblas del corazón no redimido.


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Tres significados preciosos para "Venus"/lucero de la mañana:

1) Nuestro Señor, "la raíz de David";
2) el galardón a los santos al final del camino;
3) y el amanecer de la palabra profética en nuestros corazones.

¡¿cuál de estos tres significados del lucero de la mañana lo conmueven y movilizan mas?! Todos tienen que ver con Nuestro Señor, si tenemos uno, tenemos todos.


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Y hay aun mas con respecto a este astro que parece acaparar el simbolismo del "espíritu de la profecía" para el pueblo de Dios/Elohim:

Balaam - cuando aun Israel andaba errante en el desierto - vio el "lucero de la mañana" al final de la historia señalando el nacimiento y el reinado final del Mesías:

"Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca: Saldrá ESTRELLA de Jacob y se levantará cetro de Israel"

Y también el profeta Oseas relaciona la llegada del alba, anunciada por este lucero, con la venida del Hijo de Dios:

"Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a YaHVéH como el alba está dispuesta su salida..."


Amen y amen


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Ante la contundencia de estas referencias - amadas por muchos - se dispara en estos días nuestro interés cuando vemos suceder algo especial que involucra a este extraordinario lucero celeste - que los hombres llamamos "Venus" - y si además se trata de un espectáculo inusual, tanto por su rareza como por su belleza, parece razonable pensar que tal vez el transito aparente de "Venus" - el lucero de la mañana - delante del disco solar pueda ser una campanada del "reloj" de las "ordenanzas de los cielos" (Job 38:33) para Su pueblo que debemos discernir espiritualmente.

Reparemos entonces en algo muy especial:

durante las 5 horas y 53 minutos de este 8 de junio de 2004 en que "Venus" recorto su imagen sobre el "astro Rey", desfilaron por el cenit de la bóveda celeste - en la latitud de Jerusalem - las constelaciones que anuncian el singular episodio que relato al inicio: la liberación de las cadenas de la virgen exhausta al borde del mar, por parte del Príncipe que descendió del cielo, mato a la bestia que la amenazaba, soltó sus cadenas y , ¡libre ya!, voló con ella de nuevo hacia el cielo montado en un caballo blanco para desposarla para siempre.

¡Waaw!

¡¡¡Vienen días de gozo!!!

¡¡¡Viene aliento del cielo sobre el "remanente de Jacob", algo diferente está por ocurrir: el lucero de la profecía nos convoca a las bodas celestiales!!!



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(fin de la primera parte)










* la "mujer" de Miqueas 5:3.



El relato profético del AT incluye muchas veces pasajes simbólico/dramáticos que tienen como protagonistas a “mujeres”. Y mas especialmente a dos "mujeres": una, la que aparece de pronto en Miqueas 5:3 (que estudiaremos ahora) y otra - mas recurrente - "la desamparada" a la que se refiere por ejemplo Isaías 54:1 (a la que estudiaremos mas adelante).

Se lee en Miqueas 5:3 aludiendo a Aquel cuyos “orígenes se remontan al inicio de los tiempos”:


“Pero los dejará
hasta el tiempo que dé a luz
la que ha de dar a luz,
y el resto de sus hermanos
volverá junto a los hijos de Israel”.
(Miqueas 5:3)


Este es un pasaje fascinante que resume un gran trayecto profético. ¿Quien es esta mujer “que ha de dar a luz”?. ¿Y a quien va a dar a luz?. Ella aparece a continuación del nacimiento en Belén de Quien identificamos fácilmente como Jesús/Yeshua. Y se dice que "los dejará" - es levantado al trono del Padre - antes del alumbramiento de la "mujer".

Generalmente las respuestas a planteos proféticos del AT las encontramos en el Nuevo Testamento. Solo que en un esplendor y magnificencia que supera en mucho el sobrio relato del A.T. En el están las semillas, de cáscara rugosa y a veces impenetrable, que en el Nuevo Testamento ya son árboles frondosos (nota 1). Y – en efecto - en el capítulo 12 de Apocalipsis nos encontramos un episodio magnifico protagonizado por una mujer que “da a luz”. Leamos la presentación de esta "mujer" en Apocalipsis 12:1:


"Apareció en el cielo una gran señal:
una mujer vestida del sol,
con la luna debajo de sus pies
y sobre su cabeza
una corona de doce estrellas.


Y en el versículo 5 vemos el episodio del alumbramiento:


“Ella dio a luz un hijo varón,
que va a regir a todas las naciones
con vara de hierro;
y su hijo fue arrebatado para Dios
y para su trono”.


Esta mujer "vestida de sol" es mas mas frondosa que la semilla de Miqueas 5:3. Representa a todos los nacidos - o renacidos - de Espíritu, los que han nacido del cielo, y unifica en un solo y magnifico símbolo Miqueas 5:2 y 5:3. Esto es: el "hijo varón" y los renacidos del Espíritu por la fe en Él. Seguiremos aludiendo a esta "mujer vestida de sol", pero ahora vamos a otros pasajes concordantes y con otro símbolo aglutinante - muy concreto - de los redimidos.


(prometemos un análisis completo de Apocalipsis 12 en otro estudio).



* la Jerusalem celestial, patria de los libres.



Vayamos al capitulo 4 de Gálatas. Allí el apóstol Pablo se dirige a quienes habían sido tentados a “judaizar” el evangelio pretendiendo sujetarse de nuevo a la Ley. Y les dice que hay dos Jerusalem distintas y opuestas. Una representada por Agar: la esclava, y otra representada por Sara: la libre. Una: la Jerusalem “actual” y otra: la Jerusalem “celestial”. Una nacida de carne, y otra de la promesa. Leamos algunas de estas afirmaciones sustanciales del apóstol:


refiriéndose a Agar y Sara dice:


“estas mujeres son los dos pactos;
el uno proviene del monte Sinaí,
el cual da hijos para esclavitud;
este es Agar...
y corresponde a la Jerusalém actual,
...
Pero la Jerusalém celestial es libre,
y nosotros somos hijos suyos.
(Gálatas 4:24-26)


Aquí tenemos expuesto con claridad un símbolo paralelo a la “mujer vestida de sol”: la Jerusalem celestial, madre de los “hijos de la promesa”. Esto es: madre de los que son renacidos de Espíritu, de los cuales Jesús/Yeshua - nacido de Espíritu - es el primogénito.

Y estos - el cuerpo total de los redimidos - son el Monte Sión, asimilado a la Jerusalem celestial en Hebreos 12:22-23:


“Vosotros, en cambio,
os habéis acercado al monte Sión,
a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalém la celestial,
...
a la congregación de los primogénitos
que están inscritos en los cielos”.


la "partida de nacimiento" - entonces - de los redimidos está en los cielos y por lo tanto estamos inscritos allí, como "ciudadanos" de la Jerusalem celestial. Es allí - no aquí - que somos inscritos los que vamos a morar en el mundo venidero/atid lavoh en Sión con "YaHVéH Justicia Nuestra".


Y también se refiere a la Jerusalem celestial el luminoso pasaje de Hebreos 11: 13-15:


“En la fe murieron todos estos
sin haber recibido lo prometido,
sino mirándolo de lejos,
creyéndolo y saludándolo,
y confesando que eran
extranjeros y peregrinos
sobre la tierra.

Los que esto dicen,
claramente dan a entender
que buscan una patria,
pues si hubieran estado pensando
en aquella de donde salieron,
ciertamente tenían tiempo de volver.

Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial;
por lo cual Dios no se avergüenza
de llamarse Dios de ellos,
porque les ha preparado una ciudad”.


Donde se dice que la Jerusalem celestial es el anhelo ferviente de los redimidos. Estos son los que “no buscan una patria” en la Jerusalem actual, sino que anhelan la celestial. Esto es, el retorno a Sión al final de los días de la mano del Gran Pastor de las ovejas (nota 3).



* "el primogénito entre muchos hermanos"
(Romanos 8:29)



Dice Apocalipsis 12:17 refiriéndose al dragón que quiso devorarse el “hijo varón” de la "mujer vestida de sol" - y no pudo -:


“...y se fue a hacer la guerra
contra el resto de la descendencia de ella,
contra los que guardan los mandamientos
de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.


Esto muestra que la “mujer vestida de sol” no solo dio a luz al “hijo varón”, sino a un resto o remanente de la simiente de Abraham que son “los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” – los creyentes -. Y al momento de la ascensión de Jesús/Yeshua al trono del Padre todavía no había nacido – o renacido del Espíritu - la descendencia multitudinaria de “sus hermanos”, según llama Romanos 8:29 a los creyentes:


“A los que antes conoció,
también los predestinó
para que fueran hechos
conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos”.


Jesus/Yeshua fue "el primogénito entre muchos hermanos". Y estos hermanos del "hijo varón" vendrían luego de la cruz como fruto de la misión apostólica y de la obra "paridora" de las iglesias de Cristo - de la cual la "mujer vestida de sol" también es figura -.


Analizamos en otro estudio que las iglesias de Cristo se ven desde lo Alto como una sola iglesia/congregación del los santos: el ISRAEL DE DIOS ordenado en doce tribus, cada una con su perfil definido. Pero solo es visto así desde lo Alto: nosotros la percibimos como una realidad confusa y muchas veces difusa ya que la "cizaña" que sembró el Enemigo - y que acompañará a las iglesias de Cristo hasta el tiempo en que toda la "plenitud de los gentiles" entre en el Nuevo Pacto - oscurece la manifestación de los "escogidos y fieles" dentro de ellas. Pero Dios/Elohim sabe cuales son, y los ve.


(ver: "Después de Romanos 11:25")


Solo cuando se complete la “plenitud de los gentiles”, entonces, podrá decirse que la “mujer” de Miqueas 5:3 - semilla profética de la "vestida de sol" - “ha dado a luz” a todos los "muchos hermanos" de aquel que sería "Señor de ISRAEL".


Y esta es la respuesta al interrogante que nos planteábamos al inicio: ¿porque a pesar de que en Miqueas 5:2 se nos dice que había nacido el “Señor de ISRAEL” todavía debíamos de esperar a que "la que ha de dar a luz, diera a luz"?. Es que esta debía alumbrar todavía - a partir de la obra de la cruz - al total de los hermanos del "hijo varón", nacidos de Espíritu e inscritos en el cielo para participar en el "reino de los cielos" con nuestro Señor Jesucristo en Sión.


* el retorno a Sión



¿Y luego que se complete esta obra "paridora" que sucederá?. Pues el retorno de los redimidos a Sión - como está dicho - anunciado en toda la profecía. Esto es una sucesión de portentosos eventos que incluyen: 1) el arrebatamiento al cielo de los creyentes fieles "ya sea que velemos o durmamos" en el Señor (1 Tesalonicenses 5:10), - antes del día de la Ira que consumirá al mundo impío - ; 2) las bodas celestiales de todos los redimidos con el Cordero - su Marido y Redentor -; 3) la restauración de los cielos y la tierra de acuerdo al modelo celestial que expresa el símbolo de la Jerusalem celestial; 4) la unidad en un solo redil del remanente salvo de Israel(Efraín) con un remanente salvo de Judá bajo un solo Jefe en el valle de Jezreel (Oseas 1:11), para inaugurar el reino mesiánico - que es el Tabernáculo de David restaurado -.Todo esto es lo que quiere decir “y el resto de sus hermanos volverá junto a los hijos de Israel”. Miqueas 5:3 nos cuenta la historia completa.


“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas” (Isaías 43:18) dice la Palabra. Tenemos un destino atesorado en el cielo para nosotros, que es Sión: la Jerusalem celestial, el “reino de los cielos” que se manifestará perfecto en su hermosura bajo “nuevos cielos y una nueva tierra” en el fin de los días (2 Pedro 3:13). Nosotros, los que retornaremos a esa Sión gloriosa, somos una creación celestial como ella según Isaías 43:6-7:


“Diré al norte: "¡Da acá!",
y al sur: "¡No los retengas;
trae de lejos a mis hijos,
y a mis hijas de los confines de la tierra,
a todos los llamados de mi nombre,
que para gloria mía los he creado,
los formé y los hice!"


Amen y amen



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