LA SUPREMACÍA
DEL DIOS DE
ABR
AHAM(Y SU DESCENDENCIA)




* los dos extremos del plan
de redención de las naciones


En Isaías 51:2 se nos invita a mirar hacia el origen de la ejecución del plan de Dios para redención de las naciones establecido desde antes de la fundación del mundo. Y se dice:


“Mirad a Abraham, vuestro padre,
y a Sara, que os dio a luz;
porque cuando no era más que uno solo,
lo llamé, lo bendije y lo multipliqué”.


Allí comenzó todo: Dios/Elohim eligió a una persona, Abraham, “lo llamó, lo bendijo, y lo multiplicó” para obtener una descendencia bendita en medio de un mundo ajeno a Él, que ya había sido juzgado por el Diluvio y que se encaminaba de nuevo hacia la perdición.


Y para que estuviera claro que la infinita prole de Abraham - “como las estrellas del cielo y las arenas del mar” - provenía de Él, la trajo a la luz del vientre de una mujer infértil ya envejecida – esto es doblemente estéril - : Sara. De ese vientre infecundo hecho fértil por intervención expresa del Altísimo - como había sido profetizado - vino Isaac que engendró luego a Jacob/Israel de donde procede la inmensa descendencia que integramos – por lo menos - todos los creyentes en la Simiente de Abraham: Jesucristo (Gálatas 3:7; 29).

Y así, en el Salmo 47:9-10 tenemos el otro extremo de la divina obra redentora a favor de todas las naciones de la tierra:


“ Los príncipes de los pueblos se reunieron
como pueblo del Dios de Abraham,
porque de Dios son los escudos de la tierra.
¡Él es muy enaltecido!
(Salmo 47:9-10)


Este es el clímax de la primacía absoluta de la descendencia de Abraham y de “su Dios”. Los pueblos se reunieron “como” pueblo del Dios de Abraham. Sus “escudos”, es decir, su poder, ya son del Dios Altísimo, del Dios de aquel que fue declarado “justo” y padre de los justos por cambiar el orgullo de la carne por el obrar con fe (Habacuc 2:4). El plan de redencion para todas las naciones de la tierra ha llegado a su fin.



* la simiente de Abraham escondida
en las naciones.


Pero en esta grandiosa declaración del Salmo 47 hay cosas escondidas. Ya hemos enfatizado otras veces que la promesa de descendencia a Abraham no era para la formación de una sola nación, sino de muchas. Recordemos una vez mas esa catarata de promesas que son la espina dorsal de la profecía:

A Abraham:

“Te multiplicaré en gran manera,
y de ti saldrán naciones y reyes”.
(Génesis 17:6)

A Sara:

“... y vendrá a ser madre de naciones;
reyes de pueblos nacerán de ella".
(Génesis 17:16)

A Jacob:

“... una nación y un conjunto de naciones saldrán de ti,
y reyes saldrán de tus entrañas”.
(Génesis 35:11)

A José:

“... te multiplicaré,
y te pondré por estirpe de naciones...”
(Génesis 48:4)


Todas afirmaciones muy claras que indican que la prole de Abraham, de Isaac y Jacob – y de José - engendraría reyes y naciones. Y como el Propósito de YaHVéH para las naciones se manifiesta a través de Abraham, todas estas naciones surgidas de su descendencia serían naciones con Propósito en el plan de redención. Con ellas conformó la historia para el cumplimiento del plan redentor establecido desde antes de la fundación del mundo. Como está dicho:


"¿Quién ha realizado esta obra?
¿Quién, desde el principio,
ha ordenado el curso de la historia?
Yo, el Señor, el único Dios,
el primero y el último".
(Isaías 41:4)


YaHVéH, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios de José y de Daniel, es el Señor de la historia. Todo en ella ha sucedido según sus planes de escoger un pueblo para su alabanza que señoreara
en medio de la tierra sobre un mundo de Justicia y Paz. Y en esos días Él morará con su pueblo santo. Podemos confiar que a pesar de la confusión aparente, los hilos de los acontecimientos están en manos de YaHVeH.


Miremos al mundo a grandes trazos en busca de la descendencia de Abraham: en África negra muchos pueblos afirman que descienden de ISRAEL. Y se hicieron estudios de ADN que validan esta tradición. Y en el norte de África pueblos como los bere-bere parecen tener credenciales para serlo. En China muchos conglomerados se dicen descendientes de Manasés. Japón manifiesta señas que también lo vinculan a esa descendencia. En India – al oeste y el noreste - hay poblaciones que afirman su procedencia israelita. Los pastun y la nobleza afgana afirman ser descendientes de Benjamín. Los indios de Norteamérica parecen repetir ritos israelitas. Toda la nobleza de Europa esta emparentada y en muchos casos se puede seguir su ascendencia israelita ya que las naciones europeas nacieron de la proteica “cultura celta” en donde se escondió la rama principal de los israelitas desterrados: la descendencia de Efrain (ver “Soplados por el viento solano”). Ellos con las con otras tribus fueron los cimerios y los escitas, pueblos belicosos que emigraron a partir del siglo V A.C. de las llanuras transcaucásicas cubriendo el centro europeo, la costa atlántica y las “islas” británicas. Y con la caída del Imperio Romano avanzaron hacia el sur. Y estos también fueron los primeros pueblos en escuchar el evangelio que les fue enviado por nuestro Señor mediante la misión apostólica de los doce. Y se convirtieron en la “cuna del cristianismo” que luego expandió la Palabra en forma planetaria.


De modo que la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob - y de José - realmente cubrió toda la tierra en una entretejido difícil de “probar” definitivamente por la historia secular – es un misterio de Dios/Elohim solo visible a los santos - pero fácil de discernir leyendo las señales de aquí y de allá a partir de un concepto de la historia fundado en la Biblia. Teniendo esto en mente adquiere significado Mateo 8:11, en donde se lee una afirmación “misteriosa” de nuestro Señor:


“ Os digo que vendrán muchos
del oriente y del occidente,
y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob
en el reino de los cielos”
Mateo 8:11


Estos que vendrán "de oriente y de occidente" a compartir la mesa del Reino de los Cielos - el reino mesiánico - son la descendencia de Abraham repartida por el mundo - o mejor, un remanente santo de ella lavado por la sangre del Cordero - que volverá a Sion al fin de los días. Esto demuestra su dimensión y penetración mundial. Mirad a Abraham..., mirad a Sara.... Ellos son la cantera de donde fuimos cortados los redimidos.


* la simiente de Abraham revelada
en las naciones.


Un día - no lejano - será reconocido mundialmente el remanente salvo de Abraham. Será revelado entre las naciones (ver "Después de Romanos 11:25). Leamos Isaías 61:9:


“La descendencia de ellos será conocida entre las naciones
y sus renuevos en medio de los pueblos.
Todos los que los vean reconocerán
que son un linaje bendito de YaHVéH”


Y dice además el Salmo 105:42-45:


“Porque se acordó de su santa palabra
dada a Abraham su siervo,
y sacó a su pueblo con alegría,
y a sus escogidos con gritos de júbilo.
También les dio las tierras de las naciones,
y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos,
a fin de que guardaran sus estatutos,
observaran sus leyes. ¡Aleluya!”


Y Jeremías 31:7:


“Así ha dicho YaHVéH:
‘Regocijaos en Jacob con alegría;
dad voces de júbilo a la cabeza de naciones.
¡Haced oír, alabad y decid:
"Salva, YaHVéH, a tu pueblo”.
el resto de Israel"!


SÍ, está claro: un remanente de Abraham emergerá de entre las naciones revelado por YaHVéH: ¡todos lo reconocerán!. Y del mismo modo que los israelitas cautivos en Egipto “despojaron” a los egipcios, los israelitas “cautivos” en las naciones las despojarán cuando retornen a Sión. ¡Y tendrán una herencia planetaria! (Ver: "La Herencia Planetaria de Abraham").


Estos son hechos portentosos que no cuadran con doctrinas humanas. “De Él son los escudos de la tierra”, esta es la promesa. Cuando veamos al edificio de las Naciones Unidas rodeado de banderas sepamos que este no es el lugar definitivo en donde se reunirán los poderes de la tierra, ni la organización que traerá paz y justicia al mundo. El lugar será Sión, la organización: el “reino de los cielos”, y Quien convocara y reinará sobre los escudos de las naciones será YaHVéH, el Dios de Abraham y su descendencia:


“Él juzgará entre muchos pueblos
y corregirá a naciones poderosas y lejanas.
Ellos convertirán sus espadas en azadones
y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación alzará la espada contra otra nación
ni se preparará más para la guerra”.
(Miqueas 4:3; Isaías 2:4)


Este será "YaHVéH Justicia Nuestra", la Simiente perfecta de Abraham, el Hijo de Dios, el Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec a Quien se llama en Apocalipsis 1:5: "el soberano de los reyes de la tierra"


¡Aleluya! . Maranatha: Ven Jesús.



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nota 1): sabemos cual fue la nación separada para este Propósito - la matriz de la obra redentora -: ISRAEL (DIOS LUCHA) nacida en las faldas del Sinaí y ordenada en doce tribus frente a su guía y profeta Moisés. ¿Pero en que momento histórico la promesa comenzó a superar sus límites y a abarcar a todas las naciones fuera de ella?. ¿Cuando comenzó a extenderse la superabundante descendencia prometida a Abraham hacia los cuatro vientos del planeta?. Esto sucedió cuando las diez tribus del norte de ISRAEL, que habían formado un reino separatista y eran la porción mas numerosa y próspera del reino original unificado por David fue llevada al destierro.


Recordemos que el surgimiento de este reino separatista del norte había respondido a un motivo secreto de YaHVéH. Él había advertido a Roboam - el hijo y heredero de Salomon – que no intentara someterlo nuevamente. Le había dicho al entonces rey de Juda:


"No vayáis, ni peleéis contra vuestros
hermanos los hijos de Israel;
volveos cada uno a su casa,
porque esto lo he hecho yo...”
(1Reyes 12:24; 2 Crónicas 11:2-4)


Esta extraña “contraorden” que validaba la división del reino davítico en “dos casas” - o linajes reales - ¿a que Propósito respondía?. ¿Cual era el plan secreto de YaHVéH con esta díscola parte de ISRAEL liderada por la tribu del favorito de Jacob: Efraín - el primogénito de Israel -()?. Ahora sabemos que Él usa la trama y la contratrama de la historia para cumplir su Propósito. Y esta descendencia rebelde y desterrada de ISRAEL – la “casa de Israel” –, olvidada de sus fiestas solmenes y de su cultura israelita fue la que engendro pueblos, naciones y reinos mezclándose con todos los linajes de las naciones. Si no se hubiera desdibujado su nacionalidad y su cultura no hubiera podido hacerlo.


Y el rescate de un remanente santo de esta descendencia desterrada mediante la obra vicaria del Siervo sufriente (Isaias 53) - nuestro Señor Jesucristo - permitiría llegar a todas las naciones de la tierra con la Palabra del evangelio - su anuncio del Reino y su propuesta de salvacion - y un Nuevo Pacto abierto a todos. ¡Oh maravilla de sabiduría!¿Quien puede igualar Sus caminos?


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