En un mundo que se va quedando sin esperanzas, con un futuro comprometido en el cual no se avizora salida, los cristianos tenemos una esperanza firme: pronto vamos a ser convocados por el Gran Pastor, Rey y Señor del mundo venidero y Sumo Sacerdote de nuestra fe de nuevo a nuestra tierra. Aquí somos peregrinos y extranjeros y pronto la situación se volverá asfixiante.
Esta será la convocatoria final y tenemos que estar sobrios y atentos para escucharla. Él irá delante de nosotros, abrirá puertas y nos guiará. No tenemos nada de que temer. Dice la palabra una y otra vez:
"De cierto te juntaré todo, oh Jacob;recogeré ciertamente
el resto/remanente de Israel;
El resto/remanente de Israel, son aquella porción de las “ovejas perdidas de la casa de Israel” – la descendencia del norteño reino de Israel desterrado entre las naciones en el 722 A.C. a la cual le fue enviado el evangelio - que respondieron afirmativamente al anuncio del Reino. Esto es: aquellas ovejas desterradas en todas las naciones de la tierra – las “otras ovejas” a las que se refirió nuestro Señor en (Juan 10:16) - que oyeron la voz del Gran Pastor, aceptaron su evangelio y lo recibieron como Rey y Señor en su corazón.
En este estudio se analizan los tres eventos principales de esta esta portentosa convocatoria que es nuestra “viva esperanza”; las bodas celestiales, el reencuentro de Juda e Israel(Efrain) - el "día de Jezreel" - y el ensanchamiento de Sion para recibir a una numerosa población que retorna a su tierra.
Y la donación de vida eterna, es claro.(leer también "El Éxodo Mayor de Israel que se aproxima" pulsando el link al final del estudio)
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En Miqueas 2:10 leemos sobre una convocatoria solemne:
"Levantaos y andad,
porque no es este el lugar de reposo,
pues está contaminado,
corrompido grandemente".
Y dos versículos mas adelante se hace mas explícita esta orden de marcha:
"De cierto te juntaré todo,
oh Jacob; recogeré ciertamente
el resto de Israel;
lo reuniré como ovejas de Bosra,
como rebaño en medio de su aprisco;
harán estruendo por la multitud de hombres.
Subirá el que abre caminos delante de ellos;
abrirán camino y pasarán la puerta,
y saldrán por ella;
y su Rey pasará delante de ellos,
y a la cabeza de ellos YaHVéH
(Miqueas 2:12-13)
Se trata entonces de una convocatoria a los que ahora viven en un lugar "contaminado y corrompido grandemente" - la aldea global con el espíritu de Sodoma y Egipto - a salir de allí porque "no es lugar de reposo". Esto es, se anuncia un éxodo portentoso guiado por "el que abre camino delante de ellos" - el León de Juda/Cordero de Dios - hacia la tierra de la promesa - Sión - restaurada, ampliada, glorificada y bendecida.
Y apenas podemos imaginar lo que esto significará por el poder y gloria que será manifestado, Sin duda será el acontecimiento mas portentoso y removedor de toda la historia de la humanidad, el acto final del drama de las naciones. Y el pasaje anuncia que habrá una lluvia de bendiciones sobre los descendientes de los "hijos de Israel (Efraín)", cautivos y desterrados entre las naciones a partir del año 722 A.C.. Porque a ellos es que se refiere la expresión: "De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel”. Se trata del remanente de Israel que será salvo y trasladado de nuevo a su tierra al final de los tiempos (Romanos 9:27; 11:5). Esta convocatoria solemne a una partida perentoria es paralela a Apocalipsis 18:4:
“Y oí otra voz del cielo, que decía:
Salid de ella, pueblo mío,
para que no seáis partícipes de sus pecados”
Pero habrá que hacer lugar a esta gran muchedumbre en Sion restaurada que es el destino final de la convocatoria solemne. En Isaías 54:2-4 se nos habla de la ampliación de los limites de la tierra de la promesa para recibir a este remanente salvo de Jacob/Israel:
“Ensancha el sitio de tu tienda,
y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;
no seas escasa;
alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
Porque te extenderás a la mano derecha
y a la mano izquierda;
y tu descendencia heredará naciones,
y habitará las ciudades asoladas”.
¿Cuanto se ensancharán los límites del Reino restaurado venidero con respecto a los territorios de referencia de hoy? En Zacarías 10:10 se nos dice que "la tierra de Galaad y del Líbano...no les bastará". Es decir, que los territorios de los actuales Siria (Galaad) y del Líbano y aun mas allá pertenecerán al "Tabernáculo de David" redivivo, el Reino de los cielos venidero. Y allí vivirán los que "heredarán naciones", ya que el Reino de Dios sera el centro del mundo venidero/atid lavoh..
Y en Ezequiel 34:26-26 - entre otros muchos pasajes - se nos informa del Gran Pastor y la restauración de la tierra:
"Y despertaré sobre ellas un pastor,
y él las apacentará;
á mi siervo David: él las apacentará,
y él les será por pastor...
Y estableceré con ellos pacto de paz,
y haré cesar de la tierra las malas bestias; ...
Y daré á ellas, y á los alrededores de mi collado,
bendición; .. lluvias de bendición serán".
y en Oseas 2:23 se nos dice que será devuelto el régimen de lluvias del principio, el clima de las tierras bíblicas - y el de toda la Tierra - será restaurado:
"Vosotros también, hijos de Sión,
alegraos y gozaos en YaHVéH, vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo,
y hará descender sobre vosotros
lluvia temprana y tardía,
como al principio".
y en Jeremías 23:5-6 se nos amplía un poco más sobre el divino Gobernante del Reino y la unidad de Judá e Israel(Efraín):
“Vienen días, dice YaHVéH,
en que levantaré a David renuevo justo,
y reinará como Rey, el cual será dichoso
y actuará conforme al derecho
y la justicia en la tierra.
En sus días será salvo Judá,
e Israel habitará confiado;
y este será su nombre con el cual lo llamarán:
"YaHVéH Justicia Nuestra"
Habrá un solo Pastor de las ovejas: el Gran Pastor, el "Hijo de David", el renuevo justo que llamaremos "YaHVéH Justicia Nuestra".
Y habrá paz, restauraciones y bendiciones sin medida en el Reino mesiánico, que nada deberán a las falsas promesas de las Naciones Unidas o a consensos de hombres a los que estamos acostumbrados. Y habrá una nueva Jerusalem edificada por el Rey, Señor y Sumo Sacerdote eterno de ISRAEL, con un nuevo Templo (Zacarías 6:13) que sustituirá a la que hoy pervive marcada por guerras milenarias y afeada por edificaciones impías y blasfemas.
Y habrá paz entre Judá e Israel(Efraín), entre judíos y cristianos lavados por la sangre del Cordero, que serán un único redil con un solo Pastor (Juan 10:16), esto es, tendrán un único Jefe luego de casi tres mil años de haberse dividido en dos reinos (desde el 930 A,C, ). Y es que se habrá realizado el reencuentro de ambas "familias de YaHVéH" (Jeremías 23:24) y celebrado el gran "día de Jezreel" de que habla Oseas 1:11:
"Entonces se juntará
la gente de Judá y de Israel,
y nombrarán un jefe único,
y de todas partes volverán a Jerusalém.
¡Grande será el día de Jezreel!"
- un matrimonio restaurado -
Esta gloriosa convocatoria para la unidad y restauración de las "dos familias" de ISRAEL - la restauración del Tabernáculo de David - ocurrirá un poco antes de que que la "Ira del Cordero" se derrame sobre el mundo impío.
Y entonces, los que hayamos quedado,. viajaremos "por el aire" a la cena y las bodas celestiales (Apocalipsis 19:9) y luego volaremos a Sión escoltando el "Jinete del caballo blanco" - el que tiene sus ropas teñidas en sangre - como la Esposa eterna de YaHVéH (Isaías 54:5).
Estas bodas tornarán al remanente de Israel(Efraín) de la posición de esposa desechada por sus infidelidades - "hijos de la desamparada" - a la de esposa aceptada de nuevo acepta por YaHVéH, limpia de inmundicias y rebeldías, como fue profetizado por Oseas cuando tomó de nuevo a la prostituta Gomer, a la que antes había desechado por determinación de YaHVéH, como esposa fiel "en justicia, juicio, benignidad, misericordia" para siempre (Oseas 3:5: Oseas 2:19:23).
En Apocalipsis 19:9 se exclama:
"Bienaventurados los que son llamados
a la cena de las bodas del Cordero"
a la cena de las bodas del Cordero"
¡Serán las bodas de la restauración, las que nos permitirán a los que profesamos la fe en Cristo - el Novio que nos convoca - volver a Sion de pleno derecho como Esposa restaurada de YaHVéH!.
- otras referencias a la convocatoria del remanente -
A esta convocatoria final también se refiere Jeremías 23:3-4:
“Y yo mismo recogeré el remanente
de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché,
y las haré volver a sus moradas;
y crecerán y se multiplicarán.
Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten;
y no temerán más,
ni se amedrentarán,
ni serán menoscabadas,
dice YaHVéH."
Y Juan 10:3-4 nos habla de esas ovejas que oirán su voz:
" ...las ovejas oyen su voz;
y a sus ovejas llama por nombre,
y las saca.
Y cuando ha sacado fuera todas las propias,
va delante de ellas;
y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz"
Y Zacarías 10:8 dice que las llamará con un silbido:
"Yo los llamaré con un silbido,
y los reuniré, porque los he redimido..."
Este “silbido” del Rey/Pastor a los redimidos esta profetizado también en el episodio de Elías en la cueva de Horeb (1 Reyes 19: 11-13):
"Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
Y cuando lo oyó Elías,
cubrió su rostro con su manto..."
Y cuando lo oyó Elías,
cubrió su rostro con su manto..."
Ni el viento destructor que se abatirá sobre el mundo, ni los terremotos y tsunamis de los que oímos hablar semana tras semana - y a veces día a día -, ni el fuego repentino que todo consume es para los redimidos - el “resto/remanente de la casa de Jacob/Israel” - sino el "silbo apacible y delicado" de la voz del Rey/Pastor convocándonos a su Reino de Paz y Justicia.
Este es el mayor evento que espera a los redimidos, el que los confirmará como ”salvos” mediante una profunda e inamovible convicción interior. El que los fortalecerá en medio de la tribulación venidera. El que les dará aviso de que pertenecen definitivamente a la eternidad del Padre y del Hijo.
Este es el mayor evento que espera a los redimidos, el que los confirmará como ”salvos” mediante una profunda e inamovible convicción interior. El que los fortalecerá en medio de la tribulación venidera. El que les dará aviso de que pertenecen definitivamente a la eternidad del Padre y del Hijo.
Leamos:
"Mis ovejas oyen mi voz
y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna,
y no perecerán jamás,
ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi padre que me las dió, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar
de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre uno somos"
(Juan 10:27-30)
y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna,
y no perecerán jamás,
ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi padre que me las dió, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar
de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre uno somos"
(Juan 10:27-30)
Amén y amén.
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LEER TAMBIÉN:
EL ÉXODO MAYOR DE ISRAEL QUE SE APROXIMA
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